Los españoles piensan mayoritariamente que para luchar contra el cambio climático —del que los seres humanos somos los principales responsables, según la opinión más extendida— es necesario adoptar una serie de cambios en el funcionamiento de nuestras sociedades.
Cambios que irían desde el reciclaje, hasta el control en el uso de la energía o el agua, entre otros (esto lo contábamos anterior post).
De hecho, y más concretamente, para el 82% de los españoles, cambiar nuestras formas de vida ayudaría a resolver el problema del cambio climático.
Y dos de cada tres (66%) piensan que no es tan difícil que las personas puedan hacer algo para luchar contra el cambio climático.
La idea que transmite la mayoría de los ciudadanos es, por tanto, que los comportamientos individuales son una parte de la solución. La otra parte debe aportarla el avance tecnológico, pero los españoles parecen atribuirle más importancia al cambio de las conductas humanas que al desarrollo científico.
Así, el 71% no cree que la ciencia y la tecnología por sí solas puedan resolver el problema del cambio climático. Una idea que contradice en alguna medida a la planteada recientemente por el filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky.
Para Lipovetsky, al contrario de lo que opina la mayoría de los españoles, la tecnología es lo único que puede hacer frente al problema del cambio climático.
En una reciente entrevista para el diario digital elconfidencial, el filósofo francés señalaba que la tecnología es la única esperanza: “Creo que es una utopía pensar que podemos pararlo cambiando nuestros hábitos (…) Es una ilusión creer que vamos a ver cambios en nuestro modo de vida motivados por la virtud. La gente no va de repente a convertirse en gente razonable, dejar el coche, comer menos carne y no viajar en avión por conciencia. No lo creo. A escala planetaria no hay otra solución que invertir más en innovación”.
Nos corresponda a los ciudadanos con nuestros comportamientos, o a la tecnología con un avance en la innovación o a ambas cosas, lo cierto es que hay que combatir el cambio climático. Porque ya está aquí. Negarlo es una posición interesada.
O así lo piensa la mayoría de los españoles: el 70% dice que el negacionismo sobre este tema ha estado promovido por las grandes industrias que causan mayor deterioro ecológico.